Arsenio Erico


Arsenio Erico
Arsenio Pastor Erico Martínez (Asunción, Paraguay, 30 de marzo de 1915 - Buenos Aires, Argentina, 23 de julio de 1977) fue un futbolista paraguayo que se destacó en las décadas de 1930 y 1940, es considerado por la FIFA el mejor futbolista paraguayo de todos los tiempos y ​es el máximo goleador de toda la historia de la primera división de Argentina con 295 goles. 

Comenzó su carrera como jugador en el Club Nacional y más tarde brilló en Independiente. Es considerado por la FIFA como el mejor jugador paraguayo de todos los tiempos8​ y uno de los mejores futbolistas sudamericanos de la historia. Según la tabla de la IFFHS se ubica en el puesto 101 actualmente de los máximos goleadores detrás de su compatriota Óscar Cardozo que se encuentra en el puesto 83 (348 goles), siendo el segundo jugador paraguayo que más goles ha convertido en torneos de primera división, con 331 tantos en 372 partidos (prom. 0,88), que lo ubica en el puesto 101 de la tabla de máximos goleadores de todos los tiempos. Arsenio Erico convirtió 47 goles en torneo de 1937 siendo el máximo goleador de una temporada por un torneo.

Erico es el máximo goleador de la historia de la Primera División de Argentina, aunque hay cierta controversia con el número total de goles. Inicialmente se le otorgaban 293 goles, superando por un tanto a Ángel Labruna de River Plate. En el año 2008 se le reconoció un gol más a Labruna, dándole la misma cantidad total de goles que a Erico, pero con un promedio mucho más bajo. Finalmente, el historiador futbolero argentino Claudio Keblaitis publicó en su libro “Alma Roja III, los años dorados” que Erico contabilizaba 295 goles. Si bien la AFA nunca publicó una rectificación, en 2013, en un artículo de su revista oficial, se menciona al "paraguayo Arsenio Erico, máximo goleador histórico del fútbol argentino con 295 anotaciones".  ​  
.

De acuerdo a la mayoría de las biografías sobre él, Arsenio Erico​ nació un 30 de marzo de 1915 en Asunción, Paraguay; no obstante, su partida de bautismo lo llama Aníbal Arcenio, y lo da por nacido el día 30 de mayo del mismo año.​ Sus abuelos paternos fueron italianos. Su padre, sus tíos, sus hermanos y sus primos, nueve en total, regalaron el apellido Erico para gloria de Nacional, en diversos años desde 1909, hasta 1942.

Erico empezó su carrera en el Club Nacional de Asunción a la edad de 15, en Primera División. En 1932 estalló la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia y como Erico aún no tenía edad de ser enrolado, le permitieron acompañar una gira en una selección de la Cruz Roja con fines de recolección de fondos. Ahí el muchachito deslumbró en tierras argentinas. Le echaron el ojo dirigentes de River Plate e Independiente, mas fueron los de esta última entidad quienes pudieron hacerle firmar un contrato profesional. Pero había un inconveniente: Erico debía eventualmente hacer la conscripción efectiva en su patria que estaba en guerra. Los argentinos le consiguieron un permiso especial del ministerio de defensa guaraní de modo que Erico pudo iniciar su brillante carrera en Argentina.

Debutó para los Rojos de Independiente el 5 de mayo de 1934 contra Boca Juniors sin marcar goles. Tenía 19 años. En la siguiente fecha contra Chacarita Juniors logra el primero de sus 295 goles.

A lo largo de su carrera le llovieron apodos pintorescos como El Saltarín Rojo, El Hombre de Goma, El Paraguayo de Oro, El Hombre de Mimbre, El Mago, El Aviador, El Duende Rojo, El Diablo Saltarín, El Rey del Gol, Mister Gol, El Hombre de Plástico, El Virtuoso, El Semidiós, El trampolín, entre otros. La prensa de aquella época no ahorraba descripciones sobre como jugaba.

Luego de un par de años con lesiones que lo marginaron de las canchas, en 1937 desencadenó todo su potencial: 48 goles en un solo año (jugando 34 partidos), cifra que le significó ser el máximo goleador en un torneo largo. Además es el goleador con mejor promedio en un campeonato con 1,43 goles por partido. En 1938 llevó a Independiente a su primer título nacional en la época profesional y repitió el récord de goles por año marcando 43 tantos. Y al año siguiente, marcó 41 goles logrando el bicampeonato para los Diablos rojos.

Fueron dos años pletóricos: 66 partidos jugados, 52 ganados, 5 empatados y 9 perdidos. Algunos expertos mundiales ubicaron a Independiente de 1938/39 como uno de los mejores equipos de la historia mundial junto con el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, el Brasil de 1970 con Pelé y otros más.

Erico conformó una delantera fantástica con José Vilariño, Vicente de la Mata, Antonio Sastre y Juan José Zorrilla. Es muy difícil describir como hacía los goles Erico. Poseía un repertorio muy creativo para recibir y enviar pelotas al arco.

Promediando 1942, Erico tuvo discusiones con los nuevos dirigentes de Independiente y se marchó al Paraguay. Ahí saldó una vieja deuda personal y familiar: sacar campeón al Nacional. Independiente recibió ofertas por él desde River Plate (por 100.000 pesos) y desde San Lorenzo de Almagro pero la hinchada roja no quería verlo vendido a una potencia rival y primó más el amor de la gente del club por su ídolo guaraní. De modo que no fue vendido, le hicieron contrato nuevo y volvió en 1943.

Independiente vendió el pase de un maduro y lesionado Erico a Huracán donde llegó a jugar apenas siete partidos oficiales sin marcar ningún tanto antes de retirarse del fútbol argentino cerrando su récord de 295 goles.

Brilló como astro uno de los más grandes futbolistas sudamericanos de su tiempo, considerándosele el octavo mejor jugador de fútbol en Sudamérica durante el siglo XX. Marcó más de 300 goles en su carrera sumando los convertidos para Nacional, sobre todo en la campaña de 1942 en la que se consagró campeón. 

En Paraguay, Erico llegó a alternar partidos como jugador y director técnico durante todo el campeonato de 1949. Su Nacional logró el subcampeonato detrás del Guaraní. Esa fue su única experiencia como entrenador.

Tras el retiro
Fijó residencia en Argentina hasta su muerte y a menudo viajaba a su tierra natal para visitar a sus familiares. Después se casó ya maduro en 1960 con la señora Aurelia Blanco, argentina hija de inmigrantes españoles. Nunca tuvieron hijos.

En 1970, Erico asistió en Asunción a su propio homenaje dedicado con la disputa de un partido amistoso entre las selecciones de Argentina y Paraguay, ante un estadio Defensores del Chaco que se presentaba al tope de su capacidad. En la ocasión, le fue otorgado un trofeo de reconocimiento al tiempo de dar una vuelta completa al campo de juego en medio de aplausos.​

Referencias:
Arsenio Erico en Wikipedia
Asenio Erico en Paraguay Eterno

Comentarios