JOSÉ FÉLIX BOGADO

El coronel José Felix Bogado, último Jefe de los Granaderos a caballo, era conocido en los ejércitos libertadores como “el guaireño”. Nació el 1 de mayo del año 1777 en Pirity -hoy Distrito de Yataity. Fue un hombre valiente, honrado, austero, rígido en el cumplimiento del deber y desinteresado de corazón. Un Héroe ejemplar que une con lazos de permanente confraternidad al Paraguay con las hermanas repúblicas de Argentina, Chile y Perú.

Coronel José Félix Bogado 
De joven, siguiendo los pasos de su familia, se había trasladado al Departamento Ñe`êmbucu. En 1807 recurrió el Rió de la Plata como parte del contingente paraguayo que salió de Pilar para repeler las invasiones inglesas. En 1810, ya iniciado los primeros movimientos independentistas, fue tomado prisionero por los realistas en una de las islas del Uruguay y, tras padecer cerca de tres años como prisionero de los realistas, en un intercambio de prisioneros después del combate de San Lorenzo entre los realistas y el ejército independentista, el 5 de febrero de 1813, ingresa voluntariamente al regimiento de Granaderos a Caballo creado por el coronel José de San Martín.
Desde entonces permaneció en el aguerrido cuerpo participando en todas las batallas libradas por el Ejército Libertador en la Argentina, Chile y Perú hasta la culminación de la guerra de la independencia y el regreso al Cuartel de Retiro en el año 1826, tras 13 años de batallar con su famoso regimiento Granaderos a caballo.

El Coronel Bogado participó de la Campaña al Alto Perú (hoy Bolivia); estuvo en el campamento de Plumerillo, en la épica travesía de Los Andes para la campaña de Chile. En Chacabuco figuró entre los heridos en el combate y, después de la batalla de Maipú, su pecho valeroso lució la medalla de plata, que llevaba la leyenda “CHILE RECONOCIDO AL VALOR Y CONSTANCIA DE LOS VENCEDORES DE MAIPÚ”. Esta insigne condecoración fue completada por el gobierno argentino con “EL CORDÓN DE PLATA DE HONOR” y el dictado de “HEROICO DEFENSOR DE LA NACIÓN”.

Liberada definitivamente Chile, el ejército de San Martín con los Granaderos a caballo, se embarcaron para enfrentar a los realistas en el Perú. La entrada victoriosa del ejercito de San Martín a Lima, se recordó con el discernimiento de una medalla de oro, con la significativa leyenda: “YO FUI DEL EJERCITO LIBERTADOR”, José Félix Bogado agregó esta condecoración sobre su pecho, junto a la no menos gloriosa ganada en Maipú. Vinieron luego la campaña de Puertos Intermedios, los desastres de Torata y Moquegua, la sorpresa de Pisco, en los cuales los Granaderos a Caballo se destacaron por su valor y, José Félix Bogado fue distinguido ascendiendo en la escala de su brillante carrera. Poco después, comandaba como segundo la célebre unidad.

Tras la entrevista de Guayaquil, San Martín se alejó del teatro de sus hazañas y Bolívar, viniendo victorioso desde el norte, con las armas de Colombia se hizo cargo de la campaña. Con la presencia de este último en Perú, los sucesos tomaron nuevo ritmo. Junín brilló en el cielo victorioso del Libertador y, José Félix Bogado alcanzó a comandar su aguerrido regimiento, supliendo la ausencia del bravo Cnel. Mariano Necochea. Luego ya vendría el día triunfal de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824 cuando el general Antonio José de Sucre, en resonante victoria, puso término a la dominación española en América. En el histórico combate, donde participaron más de 23.000 combatientes, José Félix Bogado, jefe de los Granaderos a Caballo, luchó en el centro de la división del General Guillermo Miller.

Así, un soldado paraguayo se cubrió de honor en la más gloriosa de las batallas por la independencia libradas en el continente, tanto por la magnitud de la acción, el heroísmo de los contendientes, la hidalguía de los vencedores y la trascendencia de la victoria. Ayacucho no fue solamente una batalla, fue la expresión promisoria de la redención de un mundo que ingresaba en la familia de las naciones como una esperanza de bienestar para los hombres y los pueblos.

Simón Bolívar premió a los valientes de Ayacucho y, en despacho firmado por el Libertador, José Félix Bogado, fue ascendido a Coronel. Culminación brillante de su carrera que venía a poner un galardón más a la dilatada trayectoria de su fama. Insigne destino el de este hijo del Guairá que alcanzó la más alta recompensa a su heroísmo por medio del juicio de Bolívar.

La guerra de la independencia estaba terminada y el coronel José Félix Bogado tuvo el singular mérito de volver del Perú a Buenos Aires con la bandera argentina tomada por el General San Martín 13 años atrás y comandando a los sobrevivientes de los Granaderos a Caballo. De los cientos de soldados que salieron del Cuartel de Retiro en 1813, solamente siete habían regresado. Si San Martín tuvo la gloria de organizar este famoso regimiento, a José Félix Bogado le cupo la de conducir, como jefe, a los pocos que sobrevivieron después de tantos años de fatigoso batallar.
Un periódico de la época, La Gaceta Mercantil” del 17 de enero de 1826 saludó el regreso de la gloriosa tropa con estas palabras:
“Tenemos el honor de haber recibido los restos del Ejército de los Andes, conducidos desde el Perú por el Coronel de Granaderos a Caballo Don José Félix Bogado: cerca de nueve años han pasado desde que estos valientes marcharon a libertar a Chile. En este largo período se pueden contar los días de gloria que han dado a la patria, por las veces que se han batido con nuestros enemigos. Nuestra gratitud será siempre demostrada a estos viejos soldados de la libertad con las más tiernas efusiones de nuestros corazones. Eternamente llenaremos de bendiciones a los héroes de Chacabuco y Maipú; sí, a esos que han conducido en triunfo el pabellón argentino hasta Quito y que han sabido derramar su sangre por la libertad de la patria en Junín y Ayacucho. Nosotros al verles, siempre diremos con admiración. He ahí: esos sellaron con su sangre y sus espadas la libertad de su patria y sus nombres irán de padres a hijos, de generación a generación”.

Don José Félix Bogado partió a la inmortalidad el 21 de noviembre de 1829, siendo comandante militar de San Nicolás de los Arroyos, localidad ubicada en la provincia de Buenos Aires, República Argentina, en la ribera del majestuoso río Paraná.
El Regimiento de Granaderos a Caballo fue reactivado por Decreto del 25 de mayo de 1903 y, desde 1907, sirve de escolta a los excelentísimos señores presidentes de la Nación Argentina.

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