INVASIÓN DE BRASIL A URUGUAY

El 12 de octubre de 1864 las tropas del Imperio del Brasil invaden el Uruguay en abierta intromisión política, hecho que provocaría el inicio de la Guerra Grande. En el aniversario de la Batalla de Sarandí, las fuerzas al mando del general brasileño José Luis Mena Barreto invadieron por Cerro Largo,​ enfrentado a las fuerzas gubernistas del coronel Ángel Muniz. El 17 de octubre, el general gubernista Servando Gómez derrota a una fuerza revolucionaria en Don Esteban, Departamento de Río Negro, en la batalla de don Esteban, los revolucionarios ese mismo día se apoderan de la Villa de Salto.

Tamandaré formaliza la alianza con Venancio Flores el 20 de octubre, en las cercanías del Río Santa Lucía, establecendo la cooperación entre las fuerzas brasileñas y los colorados rebeldes.

El 28 de octubre llega a Montevideo la noticia que la vanguardia del ejército brasileño había entrado al territorio oriental, en el Departamento de Cerro Largo. El 12 de noviembre de 1864, tropas brasileñas del general Juan Propicio Mena Barreto cruzaban nuevamente la frontera del Estado Oriental iniciando las hostilidades contra el gobierno de Aguirre. El 16 de noviembre los brasileños terminan por ocupar la ciudad de Melo.​

El 8 de noviembre se recibió una comunicación del gobierno de Paraguay, en la que se afirmaba que dicho país “considerara cualquier ocupación del territorio oriental como atentatorio del equilibrio de los Estados del Plata”.En el 12 de noviembre Urquiza, en cuyo respaldo confiaba De las Carreras, se limitó a enviar en apoyo del gobierno oriental a su hijo Waldino al frente de quinientos soldados, mientras tanto en el mismo día el gobierno paraguayo de Francisco Solano López se apoderó del barco brasileño Marques de Olinda y respondió, cuando el imperio le pidió cuentas de su acción, que obraba “con el mismo derecho que Brasil al ocupar territorio oriental”.

El estallido inmediato de la guerra entre Brasil y Paraguay, más el escasísimo apoyo que la intervención en Uruguay, contaba en la opinión argentina, obligó a los aliados a apresurar el desenlace del conflicto. La conquista anterior, en el Segundo Sitio de la ciudad de Florida,8​ por parte de los ejércitos de Flores, lograron que este impusiera un breve sitio en Montevideo. Flores marchó en dirección oeste, tomo Trinidad y Mercedes, y después avanzó hacia el norte, más precisamente hacia la ciudad de Salto, en esa ocasión Venancio Flores, sitio la ciudad de Salto, luego de su fácil victoria.​ Flores liderando su ejército revolucionario junto a las tropas brasileñas marchó hacia Paysandú. El 6 de diciembre la escuadra de Tamandaré bloquea la ciudad de Paysandú y, casi al mismo tiempo, Menna Barreto, que inicialmente al frente de cinco mil soldados (que luego, al pasar el tiempo llegarían a contar con 16.000 solados), y al mando de Flores que llegó a contar inicialmente con un contingente militar compuesto por 1.500 soldados (que llegarían a contabilizar, en el transcurso del tiempo cuatro mil soldados), iniciaron el Sitio de Paysandú.​ Los relatos, heroicos, de los gloriosos defensores de Paysandú, que contando con armamento anticuado enfrentados a un contingente militar de alta tecnología que los superaba veinte veces en número, decidieron sacrificarse, en aras de la protección de la soberanía uruguaya, se empezaban a esparcir sobre todo el territorio uruguayo.

El 18 de diciembre, en Montevideo y en ceremonia pública realizada en la Plaza Independencia, el presidente Atanasio Aguirre quemó los tratados firmados por Andrés Lamas con el Imperio de Brasil, en octubre de 1851. A los acordes del Himno Nacional y en medio de una multitud entusiasta y enardecida que arrastró por las calles y quemó una bandera brasileña y se hacía un llamado a la población montevideana para defender la ciudad, como lo hacían los defensores de Paysandú. Decretando que:

1) Decláranse rotos, nulos y cancelados, los tratados del 12 de octubre de 1851 y sus modificaciones.
2) La República Oriental del Uruguay reivindica por ese acto todos sus derechos sobre los límites territoriales que siempre le correspondieron.
3) Las aguas de la laguna Merín con sus afluentes quedan, en cuanto pertenecen a la República, a lo dispuesto por la ley del 25 de junio de 1854 quedando en consecuencia abiertas a los barcos y comercios de todas las naciones.
4) La República no desconoce por este acto obligaciones pecuniarias que a mérito de los tratados anulados tenga con el imperio."

El diario pro-gubernamental "La Reforma Pacífica" relata así los hechos:
"una plataforma cuadrangular, perfectamente decorada, ostentando en el medio una columna de la independencia. Encima de una mesa estaba la caja que contenía los tratados con el Brasil y junto a ella, sobre un alto pedestal, ardía el brasero que debía consumirlos a la vista y presencia del pueblo. Suntuosos sofás y poltronas ornamentaban la plataforma, en cuyos ángulos flameaban las banderas de Artigas, de los Treinta y Tres y la Nacional en uno de los lados. Habían asignado la hora del mediodía para la solemne ceremonia, porque se quería que ella se realizara a plena luz. En el momento señalado, las formadas tropas, el Presidente, seguido de sus ministros, de los generales de la República y de los miembros de la comisión administrativa extraordinaria, subió los escalones de la plataforma y luego que todos tomaron asiento, el Escribano de Gobierno dio lectura de los decretos del 13 y 14 tratados del corriente que declaran nulos los tratados con el Brasil y mandó a destruirlos por el fuego".

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