FULGENCIO YEGROS

Fulgencio Yegros y Franco de Torres nació en Quyquyhó en febrero de 1780 y falleció en Asunción el 17 de julio de 1821, fue un militar y político paraguayo. Es considerado padre de la Patria de la nación. Yegros pertenecía a una de las familias más tradicionales de la provincia del Paraguay; su abuelo había sido incluso gobernador de la misma. Era hijo del teniente coronel José Antonio Yegros y de María Ángela Franco de Torres. Se casó con Facunda Speratti y tuvo cuatro hijos.

Comandó una de las milicias que se opusieron a las tropas bonaerenses que, encabezadas por Manuel Belgrano, intentaron unir a Paraguay a la sublevación contra los españoles a partir de 1810 en las batallas de Paraguarí (19 de enero de 1811) y Tacuarí (9 de marzo de 1811). Sin embargo, en una entrevista posterior a este último combate, Belgrano le ganó para la causa de la independencia.

Yegros pertenecía a una de las familias más tradicionales de la provincia del Paraguay; su abuelo había sido incluso gobernador de la misma. Nació cerca de la aldea de Quyquyhó, en la estancia familiar Santa Bárbara, situada en el Departamento de Paraguari (Paraguay),  Era hijo del teniente coronel José Antonio Yegros y de María Ángela Franco de Torres. Se casó con Facunda Speratti y tuvo cuatro hijos.

Fulgencio Yegros
Yegros se rebeló entonces contra el gobierno virreinal español, y formó parte de la Junta que proclamó la independencia de Paraguay el 14 de mayo de 1811, encabezada en principio por el gobernador español, Bernardo de Velazco. El 17 de junio siguiente se eligió una Junta Gubernativa presidida por Yegros y compuesta asimismo por José Gaspar Rodríguez de Francia y Pedro Juan Caballero, entre otros.

Después de que se proclamara la República el 12 de octubre de 1813, Yegros y Rodríguez de Francia formaron un consulado hasta que, en octubre de 1814, este último fue designado dictador supremo. Se vio implicado en una conspiración para derrocar a Francia en 1820, por lo que fue arrestado, torturado y fusilado en Asunción al año siguiente. Fue ejecutado tras querer derrocar a José Gaspar Rodríguez de Francia.

Trayectoria
En el año 1801, siendo alférez del Ejército español y uno de los pocos militares de carrera, integró la expedición enviada al norte de Portugal a reconquistar Coimbra de manos de los portugueses. En 1806 participó activamente en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas. Allí conoció a Fernando de la Mora y Juan Francisco Recalde, con quienes forjó amistad.

En 1810, Fulgencio Yegros había llegado al rango de capitán. Ese mismo año le fue encomendada la defensa de las costas del Paraná en la zona de Paso de Patria.

Después de la batalla de Paraguarí fue ascendido a teniente coronel. Pasaba por realista y luego de la desmovilización masiva ordenada por Velasco fue de los pocos que quedaron con mando de la tropa, siendo nombrado gobernador de las Misiones. Enterado el 19 de mayo de los movimientos en Asunción el 14, marchó hacia la capital llegando el 21 de ese mes.

Era el militar de más prestigio y su liderazgo en el Ejército era indiscutido.

La desilusión de Yegros
Al igual que otros próceres como Mariano Antonio Molas, Yegros sostuvo una posición favorable a la conformación de una confederación en la que estarían integrados el Paraguay, Corrientes, Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe y Río Grande del Sur; de manera a enfrentar los afanes expansionistas tanto de Buenos Aires como de Río de Janeiro.

Conspiración y ejecución
Yegros era más militar que político, y su papel como cónsul de Paraguay fue marginado por Rodríguez Francia. Su mandato como cónsul fue del 12 de febrero de 1814 al 12 de junio de 1814. Después de su último mandato consular en 1814, Rodríguez Francia fue elegido dictador de Paraguay y Yegros se retiró de la vida pública a su finca.

En 1820, Yegros participó en la conspiración que trató de expulsar a Rodríguez Francia del poder. Tras el fracaso de la conspiración, Yegros fue encarcelado. Finalmente fue juzgado y ejecutado el 17 de julio de 1821.

FULGENCIO  YEGROS - CAPITULO 1

FULGENCIO  YEGROS - CAPITULO 2

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