¿Y EL CULPABLE DEL MARZO PARAGUAYO?

¿Quien ordenó las muertes de esos jóvenes de manera tan artera? ¿Quien dispuso de las armas de la patria para tomar tan temible decisión? ¿A quien habrá rendido las cuentas de su vil acción?

Jovenes carapintadas gritando
consignas contra el gobierno
de Cubas.
A pesar del tiempo trascurrido, los jueces no han encontrado culpable alguno sobre la responsabilidad de la muerte de los jóvenes que se esparcieron por la Plaza ensangrentada aquel 26 de marzo de 1999 luego de las jornadas previas de manifestaciones. Al contrario han liberado al único encausado


Armando Daniel Espinoza, Arnaldo Paredes, Cristóbal Espínola, Henry Díaz Bernal, José Miguel Zarza, Manfred Stark, Tomás Rojas, Víctor Hugo Molas continúan reclamando acción a los responsables.  La "justicia" que no es justicia origina toda serie de desconfianza y violencias.

La multitud en medio de bombas
lacrimógenas lanzadas por la policía.
Las armas de la patria deben ser usadas en su defensa y no contra sus ciudadanos. 

La masacre ordenada por ese pequeño militar, hoy y entonces dirigente político (que debía estar al servicio de la patria y solo lo estaba al servicio de su pequeño grupo) no impiden que los olvidemos, a pesar que la justicia en gesto cobarde liberó a los culpables de la acción cerrando toda posibilidad de investigación en el corto plazo.

La historia, sin embargo, registrará a héroes y asesinos.

¡Hónrenlos hoy puesto que dándonos su sangre hicieron historia!.

Uno de los manifestantes que fue
 alcanzado por los proyectiles es
retirado de la Plaza por
los mismos manifestantes.
























Marzo Paraguayo - 1ra Parte



Marzo Paraguayo - 2da Parte





Marzo Paraguayo - 3ra Parte



Marzo Paraguayo - 4ta Parte





Marzo Paraguayo - 5ta Parte






Comentarios

  1. ‎12 años del Marzo Paraguayo, 8 nombres para no olvidar: Armando Daniel Espinoza, Arnaldo Paredes, Cristóbal Espínola, Henry Díaz Bernal, José Miguel Zarza, Manfred Stark, Tomás Rojas, Víctor Hugo Molas.
    También convendría leer el artículo del diario Ultima Hora Nosotros no los olvidamos http://www.ultimahora.com/notas/415184-Nosotros-no-olvidamos

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  2. Once años de la masacre, pero para mí es como si ayer fuese esa madrugada del 26 de Marzo de 1999, siempre será ayer el Marzo Paraguayo y siempre será presente mientras no haya justicia para los que murieron.

    En aquél año la Internet era medio desconocida, los celulares eran ladrillos y nadie imaginaba que iba a estar conectado al mundo desde un celular o que iba a poder publicar mundialmente videos o documentales enteros desde su casa u oficina.

    He escrito bastante sobre el Marzo Paraguayo, también se han escrito muchísimos artículos y hasta el neofascista abc color publicó su “Historia del Marzo Paraguay” de la mano del pseudocronista Hugo Ruiz Olazar; quien vive holgadamente para ser un simple “periodista” de un país empobrecido.

    Pero la verdad siempre triunfa, al final la verdad siempre triunfa. Si no sabía de dónde procedían las balas, hubiese sido uno más de los mártires. Pero sabía muy bien de dónde venían los disparos, de los paramilitares oviedistas, hoy libres y mimetizados entre la gente, esperando su momento para volver a matar, acechando a la ciudadanía silenciosamente.
    http://argentina.indymedia.org/news/2010/03/725634.php

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  3. Ya el principal responsable de los hechos del marzo paraguayo, lastimosamente, no podrá pagar su responsabilidad ante la justicia terrenal, espero que la justicia divina le aplique el castigo que corresponda.

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  4. “Si hoy muero, será por mi patria”, dijo ese viernes 26 de marzo de 1999. Dos balazos lo dejaron tendido sobre la acera frente al Teatro Municipal. Tenía 20 años, estudiaba Informática, miembro del Centro Familiar de Adoración Cristiana, fanático del Club Olimpia. Se llamaba Henry Díaz Bernal.
    “Abuela, voy a casa de unos compañeros”, mintió para no preocuparla. Compró botellas de agua y las trajo a los campesinos en la plaza. Vino “solo por unos minutos” y se quedó hasta el final. Tenía 25 años, estudiaba Ciencias Contables. Se llamaba José Miguel Zarza.
    “No me puedo quedar mirando la tele, mientras allá están luchando”, le dijo a su esposa Marta. Se despidió con un beso de sus dos hijos. En medio de la refriega, auxiliaba a una persona de avanzada edad en la acera del Correo, cuando una bala le dio en la espalda. Tenía 36 años, analista de sistemas, miembro del Partido Liberal Radical Auténtico, funcionario de Hacienda. Se llamaba Armando Daniel Espinoza.
    “¡Déjenme, tengo que volver!” protestó contra los médicos que trataban de curarlo. Herido durante el primer ataque a la plaza, fue trasladado en ambulancia al Hospital de Clínicas, pero regresó en la misma ambulancia a seguir peleando, hasta que otra bala lo silenció para siempre. Tenía 37 años, próspero comerciante, esposa, 3 hijos. Se llamaba Víctor Hugo Molas.
    “¡Roipotá yvy, nda ha’ei ñembotavy!”, gritaba desde las filas de la Federación Nacional Campesina. Llegó desde Caaguazú tras el sueño de una mejor vida en el campo. Hoy el asentamiento lleva su nombre. Tenía 35 años, esposa, 5 hijos. Se llamaba Cristóbal Espínola.
    Nadie recuerda si dijo algo. Estaba siempre en primera fila, decidido, valiente. Tenía 29 años, electricista, vivía en Luque. Está sepultado en el Panteón de los Héroes de su Concepción natal. Se llamaba Tomás Rojas.
    “¡No se rindan!”, exclamaba defendiendo la plaza tras las barricadas, cuando una bala horadó su pecho. Tenía 28 años, fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Católica. Se llamaba Manfred Stark González.
    “¡A pesar de todo valió la pena!”, exclamó con la V de la victoria, al volver de una larga internación en Sao Paulo. Sus heridas en la plaza le costaron la vida, casi un año después. Hasta último momento siguió abrazado a su bandera. Se llamaba Arnaldo Paredes.
    Son los ocho Mártires de la Plaza que hace 12 años dieron la vida por un ideal que ellos llamaban Patria.
    Hay quienes no lo recuerdan.
    Nosotros no olvidamos.
    Andres Colman Gutierrez

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