LOS ROJAS Y SU JUDAÍSMO

El apellido Rojas, o sus variantes de Rojas o Roxas, es de origen topónimo, es decir tiene su origen en Las Rojas, hoy villa perteneciente al partido judicial de Briviesca, provincia de Burgos, España. Los apellidos de origen topónimo como Rojas son de origen judío; J. M. Lacalle, en Los Judíos Españoles (Editorial Sayma, Barcelona 1961), nos dice: “apellidos famosos sefarditas (judíos españoles) llevan nombres de la geografía española”. Es sabido que en el momento de las conversiones de judíos al cristianismo, éstos solían adoptar apellidos de origen topónimo para toda una familia.

De hecho, las noticias más antiguas y fiables que se tienen del apellido Rojas nos llegan de la mano del escritor español y converso Fernando de Rojas (1465-1541). Fernando de Rojas, natural de la Puebla de Montalbán, Toledo, era judío de sangre y converso, como su familia. Estudió latín, filosofía y otras materias en la Universidad de Salamanca para obtener el título de Bachiller en leyes, tras al menos seis años de estudio de Derecho. En esos años y en los siguientes, escribió la Tragicomedia de Calixto y Melibea, conocida con el título de La Celestina, uno de los grandes monumentos de la literatura castellana de todos los tiempos. Fernando de Rojas contrajo matrimonio con Leonor Álvarez de Montalbán, hija también de judíos conversos, y tuvo siete hijos. De Rojas intentó ayudar y representar a sus parientes judíos conversos envueltos en procesos inquisitoriales que los acusaban de continuar practicando el judaísmo en secreto, sin demasiados logros. Su fama no le sirvió al ilustre Bachiller para salvar a sus familiares de las persecuciones y las hogueras de la Inquisición.

El auto de fe de 1593 celebrado en Granada contra los falsos conversos al cristianismo que, más de cien años después de la expulsión de los judíos de España (1492), seguían practicando judaísmo en secreto, nos muestra a miembros de la familia Rojas como Catalina de Rojas y sus hijas Leonor y Joana. Aparecen las tres mujeres Rojas enjuiciadas por practicar ayunos y festividades judías. En procesos de la Inquisición española posteriores, miembros de la familia Rojas vuelven a aparecer. En Inquisición y criptojudaísmo (Kaydeda, Madrid 1985), el historiador Juan Blázquez Miguel nos habla de procesos de la Inquisición en Sevilla ya en pleno siglo XVIII en el que las mujeres Rojas vuelven a ser protagonistas. Son detenidas y enjuiciadas por “falsas cristianas” y judaizantes. “Son detenidas en casi su totalidad quedando reducidos a la miseria. Lo mismo puede decirse de las mujeres de la familia Rojas, que acapararon buena parte del comercio de Morón y Osuna, y que acabaron como los anteriores”-explica Juan Blázquez Miguel.

Resalta en lo narrado la insistencia en el judaísmo de los llamados falsos conversos y de los Rojas. Su fidelidad a Israel es atemporal. No siempre el final fue dramático para los miembros de la familia Rojas, no siempre la persecución y la hoguera los condujeron a la destrucción física y moral. Algunas ramas de la familia marcharon a América, Medio Oriente y los Países Bajos, salvaguardándose de las garras de la Inquisición española.
Mas información: El Punto de Encuentro de los Rojas

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