HUELLAS DEL APELLIDO DE ROJAS.


Una familia nobiliar poderosa en la comarca era la de los Rojas. El origen de la dinastía de tal nombre se remonta a la época de Pedro I donde encontramos a Martín Ruiz de Rojas, del cual descenderán las dos ramas del linaje: la asentada en Poza y la de Cabia. En este último lugar a mediados del S. XIV aparece como su señor D. Sancho Sánchez de Rojas. En el cuatrocientos figura como sucesor en el mayorazgo su biznieto, D. Juan de Rojas, el cual en 1419 recibió con la aprobación del monarca Juan II toda la herencia que debería corresponder a su hermano mayor, D. Sancho de Rojas. En dicho año en la zona periurbana de Burgos él tenía –amén de otros en diferentes parte- los siguientes bienes: en Villavieja heredades y señorío; en Villota, heredades y señorío; en Cabia heredades, señorío y casa fuerte; en Buniel, heredades y señorío; en Villalonquéjar, heredades, señorío, palacios, diezmos y tercias; más los portazgos de Quintanilla de las Carretas, Buniel, Cabia, Cayuela y Villamiel de Muñó; y las martiniegas de Buniel, Cabia, Muñó, Lodoso, Quintanaseca, S. Pedro Samuel, Zumel, Sta. María de Tajadura y Cañizar.

En el año 1432 aparece el ayuntamiento de Burgos que pleiteaba con D. Juan de Rojas, señor de Cabia y alcalde mayor de los hijosdalgo de Castilla, por ejidos en Pelilla, Muñó, Quintanilla y Villavieja.

Como se puede apreciar, el patrimonio se situaba en las cuencas meridionales del Arlanzón y Urbel, junto al límite del territorio del alfoz burgalés. Este espacio geográfico será sobre el que perdure la presencia de la familia en el S. XV. Los descendientes de Juan de Rojas, su hijo D. Sancho de Rojas y sus nietos Diego y Martín de Rojas continuaron su expansión por la comarca de Muñó. Así, el primero, junto a los bienes heredados, amplió sus propiedades a Quintanilla-Somuñó, Villatruedo y Sarracín. En 1466 compró múltiples bienes rústicos y derechos señoriales sobre Mazuelo a la condesa de Alba, que a su vez, excepto el señorío, vendió en 1472 al regidor y mercader burgalés Pero García de Orense. En 1477 tomó a censo de la fábrica de la catedral la granja y casa fuerte de Saldañuela. El segundo Diego de Rojas, tenía también renta en Villariezo, consistentes en 25 cargas de pan y 48 gallinas, que pagaba su concejo.

Pero tan interesante o más que este patrimonio fue el dominio que ejerció en la zona de Muñó. Su fortaleza, fue ocupada por esta familia en detrimento de los derechos que sobre ella ejercía Burgos desde el S. XIV. Ello, unido a que varios de sus miembros ocuparon los cargos de alcaldes mayores de los hijosdalgos y merinos mayores del rey, junto al marquesado de Poza, les dio un gran poder en la comarca. Con ello, también vinieron conflictos: con la ciudad; con el obispo por Arcos; con los mercaderes por el puente de Buniel; con los vecinos de Mazuelo por su señorío. De hecho, fueron los que controlaron, especialmente en momentos de vacío político, la región de Muñó.

Es evidente y lógico que tuvieran algún conflicto, entre ellos se menciona el que
afectaba a las comunicaciones en el paso por las propiedades de los Rojas; concretamente lo siguiente:

Los ejes de circulación de mayor interés y tráfico eran tres. La ruta de Valladolid, la de Vitoria-Bilbao y la de Laredo-Bilbao.

La primera tenía una importancia trascendental ya que servía para unir Burgos con el resto de las principales ciudades castellanas. Era la que comunicaba con puntos tales como Palenzuela, Palencia, Dueñas, Valladolid, Medina del Campo, centros de un peso enorme en la época. A través de dicho camino se contactaba con las ferias de Valladolid y más tarde con las de Medina, lugares donde los mercaderes burgaleses efectuaban muchos de sus tratos. También era por donde llegaban los vinos de calidad de Toro, Ribera del Pisuerga o la campiña de Medina, que en las mesas de los poderosos habían sustituido a los mediocres caldos locales. En ocasiones de carestía venían también los granos que el concejo había mandado comprar en aquellas tierras. Era una de las vías más importantes dentro del tráfico comercial de la meseta castellana, siendo el corredor fundamental de productos alimentarios a las deficitarias regiones de Burgos, montañas cantábricas y vascas.

El trazado del camino no comportaba dificultades especiales siguiendo el curso del río Arlanzón. El único inconveniente provenía de este mismo, el cual debía de ser cruzado o vadeado en varios de sus tramos. A ello se sumaban las frecuentes inundaciones que destrozaban la infraestructura viaria haciéndola impracticable en algunos puntos, especialmente si tenemos en cuenta que el tráfico por allí se efectuaba en pesadas carretas tiradas por recuas de hasta 6 mulas o bueyes. En la comarca estudiada el itinerario que seguía, según un informe de 1508, era el siguiente: partía de la ciudad a través del puente de Malatos; continuaba hasta el hospital del Rey donde un poco más adelante tenía“un mal paso”; seguía por Villalbilla, S. Mamés y Quintanilla de las Carretas hasta Buniel; cruzando el puente de dicho nombre se alcanzaba Estépar y Celada del Camino teniendo que atravesarse sendos pontones en estos pueblos.

El punto crucial y, al mismo tiempo, causa de múltiples problemas era el puente de Buniel sobre el Arlanzón. Por un lado, su buen estado de conservación era fundamental para el paso de las carretas, cosas que múltiples veces no ocurrían. Pero los inconvenientes fundamentales que tendrá vendrán derivados de su condición de peaje, muy inoportuno para los habitantes de Burgos y su comarca, que aspiraron y pleitearon para conseguir su supresión.

La cuestión incluso se complicaba más al estar dicho derecho en manos de D. Sancho de Rojas, señor de Cabia, Villalonquejar y alcalde mayor de los hijosdalgo de Castilla. Este derecho había sido concedido por el monarca Juan II en Segovia el 15 de septiembre de 1419 a un antecesor suyo, D. Juan de Rojas, por los servicios que había recibido de su padre Martín Sánchez de Rojas y su hermano D. Sancho de Rojas, arzobispo de Toledo y canciller mayor de Castilla. El documento estipula: “los portazgos que vos tenedes e avedes de juro e de heredad en los logares de Quintanilla de las Carretas e de Boniel e Cabia e Cabyhuela e Villamiel e Madrigalejo e Montuenga e Villangomez e Villafuertes e Torrezilla del Monte, logares que son en las merindades de Burgos e Candemuño....”.

Igualmente se menciona de los vecinos de Arcos que frecuentemente subían a la urbe para vender su fruta e injertos y que D. Sancho de Rojas impedía pasar por su puente de Buniel
Mas información: El Punto de Encuentro de los Rojas

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